Cuando pienso en lo que me llevó a crear Apertas de Cores, vuelvo con cariño a esos momentos en los que me sentía perdida. La duda y la sensación de no ser suficiente me acompañaban constantemente, como si no lograra encajar en ningún lugar. Había un vacío difícil de nombrar, una sensación de que algo faltaba sin saber exactamente qué. Tal vez te resulte familiar.
Apertas de Cores nació de mi propio proceso personal. Es el espacio que yo misma necesité en mis momentos más oscuros y que hoy quiero ofrecer a otras personas.
Hubo una época en la que sentía que la vida era una lista interminable de tareas: ser una buena hija, amiga, compañera, excelente trabajadora, cumplir con todo, menos conmigo misma. Me convertí en una experta en aparentar que todo estaba bien a través de mi sonrisa, mientras, por dentro, me desmoronaba.
Llegó un día en el que todo ese peso se volvió insoportable. Fue un momento crucial, en el que me di cuenta de que no podía seguir así. Necesitaba encontrarme, redescubrirme y dejar de intentar encajar en moldes que no eran para mí.
Poco a poco, con ayuda de la terapia, el arte y muchas reflexiones, empecé a sanar. Tuve que mirar profundamente dentro de mí, deconstruir lo que creía ser y volver a construirme desde un lugar más auténtico. Decidí dejar un trabajo que pensaba que era el ideal, pero que ya no me llenaba, comencé a poner límites más sanos y me permití cuestionarme, preguntarme qué quedaba de mí si dejaba de ser la «buena hija, la buena amiga, la buena trabajadora». ¿Quién era yo si dejaba de pelearme con lo que soy y con lo que «debería» ser?
Entendí lo importante que es reconocer mis emociones y darles un nombre y espacio en mí. Durante mucho tiempo pensé que lo fundamental era estar feliz todo el tiempo, pero hoy sé que todas las emociones son sanas y vienen a decirnos algo. Aprendí que, si tengo un día triste, lo mejor que puedo hacer por mí es aceptarlo y mostrárselo al mundo, porque está bien estar triste. No se trata de penalizar lo que sentimos, sino de entenderlo y escucharlo. Fue un proceso lleno de dudas, pero también de descubrimientos. Y en ese camino, nació una idea; crear un espacio para acompañar a otras personas que, como yo, sienten que han perdido el rumbo y necesitan reencontrarse.
Es más que un espacio terapéutico, es un refugio donde puedes ser tú sin juicios ni expectativas. Nació de mi propia transformación, del aprendizaje de que el bienestar no se alcanza en soledad, sino en conexión.
Aquí puedes hacer una pausa, soltar lo que pesa y simplemente estar. A través del arte, la terapia gestáltica y un acompañamiento cercano, exploramos juntas y juntos esas partes de ti que necesitan luz y cuidado. Sin prisas ni exigencias, solo con la certeza de que cada emoción tiene su lugar.
El nombre de Apertas de Cores surge de lo que los colores representan para mí: la alegría del juego, la espontaneidad de la infancia, la posibilidad de ver la vida con ojos nuevos. Aquí, los colores nos recuerdan que cada proceso tiene su belleza, incluso en los momentos difíciles.
Porque cuidarnos no es un lujo, sino la base de todo. Y porque, a veces, lo único que necesitamos es saber que no estamos solas ni solos. 💛✨
💛 Un espacio solo para ti: Un lugar donde sentirse libre y puedas expresarte a tu ritmo, sin presiones y con total confianza. Aquí, eres bienvenida o bienvenido tal como eres.
🤝 Acompañamiento cercano: No estás sola ni solo en este proceso. Estoy aquí para escucharte, apoyarte y caminar a tu lado en lo que necesites, sin imposiciones, solo con respeto y empatía.
🎨 Herramientas creativas: A través del arte, la expresión y dinámicas vivenciales, exploraremos nuevas formas de entender lo que sientes y transformar lo que te pesa en posibilidades.
🌟 Un encuentro auténtico: Sin máscaras ni apariencias, solo un espacio donde puedas conectar contigo misma o contigo mismo de manera real y honesta.
💫 Un impulso para tu bienestar: Porque tu camino no tiene que ser en solitario. Juntas y juntos, podemos descubrir nuevas formas de cuidarte, fortalecer tu confianza y disfrutar más de la vida.
Cuando alguien llega a Apertas de Cores, no solo percibo su dolor o sus dudas, sino también su fortaleza y todo el potencial que aún no ha descubierto. Muchas veces, esa luz interior pasa desapercibida, pero está ahí. Mi propósito es acompañarte en el camino para que puedas reconocerla y reconectar con lo que realmente importa en tu vida.
No te prometo respuestas fáciles ni soluciones instantáneas, pero sí un camino que vale la pena recorrer. Un camino en el que no estarás sola ni solo.
Apertas de Cores es mi forma de decirte que no tienes que hacerlo todo bien, que no necesitas ser perfecta ni perfecto para ser valiosa o valioso. Aquí puedes venir con tus dudas, tus miedos y tus sueños. Y juntas y juntos, poco a poco, encontraremos el camino.
Si algo de esto resuena contigo, si sientes que necesitas un espacio donde puedas ser tú misma o tú mismo, te invito a venir.
